La hipertensión es un problema que afecta a un elevado porcentaje de la población española, más del 40%. Tener la presión arterial alta es un factor de riesgo para nuestra salud e incrementa la probabilidad de sufrir un accidente cardiovascular. La hipertensión, también es un indicador o marcador fisiológico de otras patologías y puede complicarse si se da en combinación con otras enfermedades metabólicas como diabetes o hipercolesterolemia, algo muy habitual a partir de cierta edad.
Podemos tener subidas puntuales en la presión arterial, lo que popularmente se conoce como subidas de tensión, en determinadas situaciones de estrés (un percance, dolor intenso, etc.). Sin embargo, el factor de riesgo para nuestra salud es una presión arterial alta de forma mantenida. Se considera una tensión normal a valores por debajo de 140/90.
Al no tener una sintomatología claramente identificativa, la hipertensión es, en muchas ocasiones, descubierta de forma casual al tomarnos la tensión en alguna visita rutinaria al médico. Por ello, es recomendable entre la población sana que no acude con regularidad a consulta se tome la tensión con cierta frecuencia. No es necesario tener un tensiómetro en casa, en la farmacia es muy fácil hacerlo.
Los principales factores identificados como causa de la hipertensión son:
- Predisposición genética.
- Sedentarismo y falta de ejercicio físico de tipo cardio.
- Otras patologías como diabetes, hipercolesterolemia, problemas renales, …
- El tabaquismo.
- Consumo de alcohol.
- Dieta desequilibrada y con exceso de sal y grasas.
Una de las principales causas de la hipertensión es la pérdida de elasticidad de las arterias y con la edad se va perdiendo esta elasticidad, es por esto que debemos controlarla especialmente a partir de los 40 años.
¿Qué podemos hacer para bajar la tensión?
Como en muchas otras patologías, el modificar algunos de nuestros hábitos de vida nos puede ayudar a mantener nuestra tensión controlada. En el caso de la hipertensión realizar ejercicio físico moderado y disminuir nuestra ingesta de sal son dos de los principales aliados que nos pueden ayudar a controlar la tensión. En ocasiones es necesario tomar medicamentos para la hipertensión que deben ser prescritos por nuestro médico. Estos fármacos para la hipertensión debemos tomarlos tal y como nos haya indicado el facultativo pero, en ocasiones ocurre con estos medicamentos que hay que regular la pauta más adecuada o incluso el tipo de fármaco. Si tras tomar la pastilla de la tensión encontramos molestias tipo mareos o sensación de desvanecimiento debemos consultar inmediatamente a nuestro médico o farmacéutico.
Algunos medicamentos pueden subir la tensión y están contraindicados en personas hipertensas, un ejemplo serían los antiinflamatorios (ibuprofeno, naproxeno (Antalgin), dexketoprofeno (Enantyum) o algunos antitusivos. Por esto es preceptivo para toda persona hipertensa que se informe sobre si un fármaco está contraindicado para ella antes de empezar a utilizarlos. Esto puede hacerlo bien a través de su médico o por su farmacéutico. Normalmente nuestro médico de cabecera, que cuenta con nuestro historial clínico nos advertirá de ello pero, ante cualquier inquietud que os pueda surgir sobre si tomar o no un medicamento, no dudéis en consultar en vuestra farmacia de confianza.
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