Posiblemente sean unas de las Navidades más extrañas que nos haya tocado vivir, pero si lo hacemos con responsabilidad, con encuentros más limitados y manteniendo las medidas de seguridad, también podemos disfrutar de las celebraciones propias de estas fechas. Si hay algo que no falta en las celebraciones navideñas es comida y bebida en abundancia. En estas fechas solemos comer y consumir más alcohol de lo habitual. Pero ¿qué ocurre si estoy tomando algún medicamento? ¿Puedo tomar alcohol? Te adelantamos que alcohol y medicamentos no son una buena combinación.
Mezclar medicamentos con bebidas alcohólicas puede provocar reacciones adversas, que pueden incluso ser peligrosas dependiendo de la cantidad de alcohol y del tipo de medicamento. Las interacciones entre medicamentos y alcohol son principalmente de dos tipos:
- Aquellas en las que el alcohol modifica el efecto terapéutico del medicamento, bien potenciando o, por el contrario, disminuyendo o anulando su efecto.
- Interacciones en las que el fármaco potencia el efecto tóxico del alcohol o viceversa.
La mezcla de alcohol con determinados medicamentos puede provocar, entre otros efectos adversos: náuseas; dificultad para respirar; alteración del ritmo cardíaco; dolor de cabeza; desmayos; pérdida de la coordinación; letargo o mareos, etc. Además de los efectos adversos, como ya hemos dicho el alcohol también puede disminuir o incluso anular el efecto terapéutico del medicamento o por el contrario aumentarlo.
El alcohol interactúa con una gran cantidad de medicamentos. De forma general debe evitarse el consumo de medicamentos con bebidas alcohólicas. Incluso con medicamentos que nos resultan muy familiares y que son de venta libre en farmacia como los que se utilizan para el tratamiento de la acidez estomacal, el resfriado, alergia, gripe, etc. No por poderlos adquirir en la farmacia sin receta médica están exentos de generar efectos adversos al combinarse con el alcohol. Por ejemplo, en el caso de los antiinflamatorios, cuyo consumo es bastante frecuente en la población, si se suman al alcohol producen daño en la mucosa gástrica, pudiendo provocar dolor de estómago, reflujo e incluso aparición de úlceras y hemorragias digestivas. Otro analgésico de uso bastante frecuente como es el paracetamol si se combina con alcohol potencia su efecto hepatotóxico (produce daño en el hígado).
Aunque dependiendo de los medicamentos los riesgos son diferentes, nuestro consejo es que mientras nos estemos medicando no debemos consumir alcohol.
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